Ciencia y Ficción: Biblioteca de Ciencias

Blog de la Biblioteca de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza

  • Categorías

  • Archivos

  • Últimas entradas

Las cifras : historia de una gran invención

Posted by cienciayficcion en 11/03/2024

Ifrah, Georges. Las cifras : historia de una gran invención. Madrid : Alianza, D.L. 1987.

Las cifras. Historia de una gran invención«¿Dónde y cuándo comenzó esta fantástica aventura de la inteligencia humana? ¿En Asia, en Europa o en algún lugar de África? ¿En la época del hombre de Cromagnon, hace treinta mil años? ¿O en la del hombre de Neanderthal hace cerca de cincuenta milenios? ¿O más bien hace cien mil años, incluso quinientos mil años o también, por qué no, un millón de años? No sabemos nada. El evento se pierde en la noche de los tiempos prehistóricos y no queda actualmente ninguna huella de él. Sin embargo es un hecho cierto: hubo un tiempo en el que el ser humano no sabía en modo alguno contar. La prueba es que todavía hay hombres incapaces de concebir ningún número abstracto y que ni siquiera saben que dos y dos son cuatro. Cuando el número era “sentido” En nuestros días, varios pueblos «primitivos» están todavía, por así decirlo, en ese «grado cero» del conocimiento de los números. Este es el caso por ejemplo de los Zulúes y de los Pigmeos de África, de los Aranda y de los Kamilarai de Australia, de los aborígenes de las islas Murray y de los Botocudos de Brasil. Uno, dos y… muchos, constituyen las únicas magnitudes numéricas de tales indígenas que todavía viven en la edad de piedra. Sólo conocen dos «nombres de número» propiamente dichos: uno para la unidad y otro para el par. Los más dotados para la aritmética consiguen expresar los números tres y cuatro articulando algo así como: dos-uno y dos-dos. Pero no van más lejos. Más allá, todo es impreciso, confuso: emplean palabras o expresiones que se podrían traducir por muchos, varios, una aglomeración, una multitud, etc. Y les resulta tan difícil concebir un número superior o igual a cinco como lo sigue siendo para nosotros representar cantidades del tipo de un trillón de billones. Tanto es así que algunos, más allá de tres o cuatro elementos, se limitan a mostrar su cabello como para decir: « ¡son tan innumerables como los cabellos de mi cabeza! ».»

El libro en la biblioteca

Deja un comentario